*El hombre lobo (versión extendida del director)
*Atrapados en Chernobil
*Empusa
*Rojo Sangre
*El hombre que vio llorar a Frankenstein (edición especial 2 discos)
*Los cronocrímenes (edición coleccionista 2 discos)
jueves, 29 de septiembre de 2016
B.S.O.
Las bandas sonoras son parte esencial del cine.
Aquí iré poniendo las que tengo y las iré comentado.
Aquí iré poniendo las que tengo y las iré comentado.
MI BIBLIOTECA DE CINE
El cine no sólo son copias y copias de pelis en una estantería de nuestra casa, también contamos con numerosos libros sobre el tema. Aquí os iré poniendo los que poseo y os contaré algo sobre ellos
MI VIDEOTECA
En esta nueva sección, iré subiendo una descripcción de los títulos de mi videoteca personal. Os contaré cómo es dicha edición y os pondré fotos y, caso de que no tenga el habitual comentario de la película, lo pondré igualmente.
ÚLTIMAS ADQUISICIONES
Aquí iré poniendo los DVD o BR que vaya adquiriendo y puede que se cuele también algún que otro VHS de segunda mano.
martes, 20 de septiembre de 2016
Tarde para la ira

Actores: Antonio de la Torre, Luis Callejo, Manolo Solo, Ruth Díaz
Género: Thriller
Año: 2016
Duración: 90 min
País :España
Argumento
En un atraco a una joyería, la polcía sólo logra capturar al conductor del coche, quien en su intento por evadir la justicia, tiene un accidente.
Años después, al salir de la cárcel, se convertirá sin quererlo en copartícipe de una dura historia de venganza...
Crítica
No voy a comenzar con ese tipo de frase que compara esta película con el cine internacional, más concreto, el norteamericano, diciedo que si es un thriller que nada tiene que envidiar ni frases así, ya que esta película se gana por derecho propio el que no se la compare con otra del género, pues en un hora y media de metraje, se las apaña para contar la historia, matizar a los personajes, más por sus silencios que por lo que dicen, sus motivos se ven reflejados en sus gestos, miradas, y la venganza. Una venganza planeada con paciencia, a lo largo de los años.
Antonio de la Torre nos regala una actuación soberbia, como ese hombre callado, consumido por el odio y la venganza que no se detiende ante nada y que ejecuta su plan como un frío autómata.
Los retratos de un barrio deprimido, sus gentes, sus bares, esos bares donde casi a diario se reunen los mismos clientes, esos barrios donde si entra alguien de fuera, todos lo saben que no eres de alli, que no formas parte del ecosistema. Ese entorno, retratado sin distancia, mostrándote cada oscuro rincón que hiede a delito, a basura, es el mundo ajeno en el que un extraño se integra por venganza.
La cámara juega un papel fundamental, como esa conciencia que sigue al protagonista justo detrás de él, pero que asiste sin pronunciar palabra para no entorpecer una labor ya determinada y sin remisión...
De la Torre fabuloso, Luis Callejo genial y el elenco de secundarios del mismo tono.
Oscuros atardeceres cuyo manto se extiende a lo largo de una carretera en la cual, el coche que rueda por ella, sólo tiene marcha adelante...
Última claqueta
Estamos muy faltos de obras así en los últimos tiempos.
Ese toque sucio que tan bien quedaba retratado en los clásicos policiales de los 70, a mí me lo ha recordado esta película. Personajes torturados, marginales que ni uno solo está libre de pecado. Si tuviera que elegir una sola palabra para definir esta película, sería "contundente".
La muerte avanza sin pausa como en un film de Clint Eastwood, aunque, en esta ocasión, sin frases lapidarias, solo sangre y olor a pólvora, a ruína y desolación...
"- He hecho lo que tenía que hacer
- Yo no..."
jueves, 15 de septiembre de 2016
Obsolescencia programada
Recuerdo mi primer teléfono móvil, para no hacer publicidad, no daré marcas, pero fue un aparato no mucho más grande que el que uso ahora, aunque sí mucho más grueso. Los teléfonos de ahora son verdaderas maravillas de la técnica y en tu bolsillo no sólo llevas ese aparato que te permite hablar con otra persona en cualquier parte del mundo, también llevas un pequeño estudio de grabación portátil, una cámara de fotos en algunos casos alucinante, una grabadora, tu agenda personal y lo mejor de todo: Internet.
Así que los teléfonos móviles pasaron de ir reduciendo su tamaño y ocupando cada vez menos en nuestros bolsillos, a crecer hasta ofrecernos pantallas táctiles más grandes y de mayor resolución que nos permiten ver películas y vídeos con total nitidez en cualquier parte.
Mi primer teléfono, como solían decir los abuelos, "entregó la cuchara" de mala manera: lo cambie por otro más pequeño al que la batería le duraba mucho más, la compañía me lo regaló a cambio de renovar el contrato.
Aún poseo ese teléfono, guardado en un cajón. La batería le duraba una semana sin recargar una sola vez y eso que le daba caña hablando por él durante la misma. Resistente a golpes, indestructible y fiable como jamás tuve otro, fue presa de la misma estrategia que el anterior... conseguí otro más pequeño. El diseño de éste último era una pasada, tenía una puertecita que ocultaba la pantalla y luces de colores que se encendían cuando te llamaban, era muy pequeño. Sólo tenía un defecto, la batería me duraba tres días hablando lo que yo solía hablar. Aquello era frustrante. Con el paso del tiempo la batería cada vez duraba menos hasta que llegó de nuevo el tiempo de renovar el contrato y obtuve otro terminal...
Esta historia, seguro que es la de todos, y no sólo con los teléfonos móviles, sino con casi todo, por no decir todo. Y da igual que sea un aparato caro o no, su tiempo final esta grabado a fuego en sus componentes internos. Es la obsolescencia programada.
Vivimos en una sociedad basada en el consumo por el mero hecho de consumir, si no existe una necesidad sobre un producto, se crea, y lo que interesa es que ese producto cambie rápido, se quede anticuado, se averíe o quieras mejorar lo que tenías aunque funcione.
Todos mis móviles los cambie funcionando...
Remamos en las galeras del consumo,una prisión agradable en la que nos gusta permanecer, comprar nos relaja, nos hace sentir libres, de elección, de decisión y nos da prestigio social según qué productos poseemos.
Paseamos por los centros comerciales sin un rumbo marcado, con un cartel colgado del cuello que dice "compro lo que sea que esté a mi alcance, ya decidiré después si me es útil", recorremos los pasillos de la misma forma que antes se recorrían las calles de nuestra ciudad, paseando sólo por pasear, con una diferencia: muy posiblemente, el paseo por el centro comercial nos va a costa más dinero que el que damos por las calles de nuestra ciudad, y lo mejor de todo, es que ni tan siquiera salimos a comprar, sólo a pasear...
Observad la próxima vez que vayáis a una gran superficie cuánta gente hay realmente comprando y cuántos miran productos sólo por mirarlos. Como aquellos zombies que Romero retratara en su fabulosa Dawn of the dead, en 1978, así caminamos por entre los pasillos de los centros comerciales, sin rumbo, hasta ver ese producto que covertimos en nuestra presa y sobre el que todos nos avalanzamos para "devorarlo", como los zombies de aquella vieja película...
Naturalmente, esos santuarios de lo innecesario, cuentan con una zona para el descanso del guerrero: la cafetería.
En la cafetería, no sólo reponemos fuerzas para continuar las compras, allí es donde nos vemos las caras y donde nos pavoneamos aún más, pagando incluso más por lo mismo que nos tomamos en otro sitio, pero es la cafetería del centro comercial, incluso hay quien sólo va al centro comercial a la cafetería, aunque casi siempre, sueles enganchar algo en tu camino por las distintas secciones que te conducen hacia dicha cafetería.
Naturalmente, esos santuarios de lo innecesario, cuentan con una zona para el descanso del guerrero: la cafetería.
En la cafetería, no sólo reponemos fuerzas para continuar las compras, allí es donde nos vemos las caras y donde nos pavoneamos aún más, pagando incluso más por lo mismo que nos tomamos en otro sitio, pero es la cafetería del centro comercial, incluso hay quien sólo va al centro comercial a la cafetería, aunque casi siempre, sueles enganchar algo en tu camino por las distintas secciones que te conducen hacia dicha cafetería.
Publicidad, necesidad real del producto o no, todo tendrá su fin en la obsolescencia programada, que pondrá de nuevo al comprador en la casilla de salida, con la misma necesidad que cuando empezó, si acaso, su ansia será aún más voraz. Pensamos que la felicidad estará en poseer más. Prestigio, mejora, avería... Lo cierto es que nada se repara o casi nada, sale más barato comprar el nuevo modelo y el antiguo a la basura.
Estamos convirtiendo nuestro mundo en un vertedero. No soy economista, ni mis capacidades tal vez den para mucho, pero a poco que uno piense, se da cuenta de que en un planeta de recursos limitados, el consumo exhacerbado, inútil y desmedido, dará al traste con todo.
En la naturaleza, nada es un residuo, todo se reutiliza y de nuevo entra en el ciclo vital. Afortunadamente, se empiezan a ver cambios en la mentalidad no sólo de los consumidores, sino de las empresas, poco a poco, la idea de que un objeto sea reciclable se impone en la sociedad. El quid de la cuestión reside en que el consumo crea empleo y nuestra sociedad crea riqueza, sin objetivo, sólo ir a más, basándose en el consumo. hay que encontrar un equilibrio entre ese consumo y el retorno de las materias al circuito productivo, para que, como en la naturaleza, el fin de la vida útil de un objeto no sea un vertedero, sino un nuevo objeto o su participación en la creación de uno nuevo.
Así que, como en tantas y tantas ocasiones a lo largo de la historia de la humanidad, el hombre, una vez más, para avanzar, debe fijarse en cómo funciona la naturaleza, que nos está diciendo a gritos cómo debemos tratar lo que producimos cuando ya no lo necesitamos o deja de servirnos.
Pensad por un momento... qué cosas son imprescindibles para vuestra vida, llegareis a una conclusión curiosa...
Así que, como en tantas y tantas ocasiones a lo largo de la historia de la humanidad, el hombre, una vez más, para avanzar, debe fijarse en cómo funciona la naturaleza, que nos está diciendo a gritos cómo debemos tratar lo que producimos cuando ya no lo necesitamos o deja de servirnos.
Pensad por un momento... qué cosas son imprescindibles para vuestra vida, llegareis a una conclusión curiosa...
Os recomiendo un documental titulado "Comprar, tirar comprar". Os aseguro que cuando lo veais, no os dejará indiferentes...
"El mundo es suficientemente grande para satisfacer las necesidades de todos, pero siempre será demasiado pequeño para la avaricia de algunos"
Ghandi
viernes, 2 de septiembre de 2016
Ben Hur

Actores: Jack Huston, Toby Kebbel, Morgan Freeman, Olivia Cooke, Rodrigo Santoro
Género: Aventuras
Año: 2016
Duración: 125 min
País : EEUU
Argumento
Ben-Hur, joven príncipe judío, tiene por hermanastro a un romano llamado Mesala. Su vida es placentera y transcurre al margen de la opresión que Roma ejerce sobre el pueblo.
Mesala no se siente conforme con su situación en la casa de Hur y decide marcharse a guerrear en nombre de Roma y su César para limpiar el nombre de su familia y poder regresar siendo alguien digno de tomar como esposa a la hermana del mencionado príncipe Judá Ben-Hur.
Crítica
La película comienza con la carrera de cuádrigas, así, sin anestesia y de repente, te transporta al tiempo pasado, donde todo es alegría y jolgorio para una familia adinerada que vive de espaldas a la realidad de su entorno.
La película no desarrolla la historia de la manera que uno cabría esperar, quitando de en medio situaciones y escenas, a mi entender, imprescindibles y añadiendo otras que, dado el enfoque que sobre la fe, vierte el filme, son las únicas que salvaría, de hecho, las escenas en las que aparece Rodrigo Santoro son las que más cargadas de emoción puede tener la película.
La historia, el fin de la misma, está completamente cambiado de la película de Heston, referente al que todos acudimos con total certeza, o casi todos, hecho que no me parece mal, ni mucho menos. Si la clásica nos ofrecía una historia sobre la venganza y finalmente, redención, esta nos lleva por los caminos de la venganza hacia el perdón.
La banda sonora, si la cogemos suelta, sin comparaciones, es muy tranquila y sosegada, de lo que más me ha gustado, muy en la línea de Beltrami.
Los escenarios sencillamente son espectaculares y el circo donde se desarrolla la carrera, es una auténtica pasada.
Un acierto que sí fui capaz de vislumbrar, fue el hecho de que Ben-Hur es una historia religiosa, que se desarrolla en los días de la crucifixión de Jesús. El acierto está, según mi modo de ver, en que se le da una importancia capital al hecho, pudiendo asistir a escenas del Cristo camino de la crucifixión.
¿Dónde está el acierto?
En que si es una película con tintes religiosos, da lo que se espera en ese apartado. De tal modo que los que acudan a verla, por este motivo, les agradará.
Lo que no puede ser es ir a ver Los Diez Mandamientos y encontrarse con una película de guerra, o ir a ver Noé y que sea el Señor de los anillos. Si te metes a hacer algo de este tono, tienes que dar ese tono, de lo contrario, ni contentas a los no creyentes, que serán los que mayoritariamente irán a verla, ni a los no creyentes, aunque ambas coincidirán en que es ridícula, tal me pareció Noé.
No quiero cerrar este apartado sin mencionar a Morgan Freeman...tampoco se aprovecha su presencia ni su personaje, ni nada...¡Bah!...Para qué... si nos van a criticar y nos van a comparar y vamos a perder seguro...
En definitiva, si acudís a verla, no esperéis un peliculón, ni glamour ni nada, os entretendrá, estaréis fresquitos en la sala ahora que el calor da las últimas boqueadas del verano y os olvidareis rápido en cuanto recodéis a nuestro querido Charlton Heston...
Aun así no es la peor actualización de los últimos tiempos de un filme religioso.
La Última Claqueta
¿Sería posible copiar una obra de arte que contuviera la grandeza del original?
Muy bueno tendría que ser el artista para lograr algo así...
Bajo mi punto de vista, si una película es perfecta, y la de Charton Heston lo es, lo mejor es dejarla como está, no es necesario revisionar algo que pese a los años, sigue estando en boga, sencillamente porque todo lo que venga va a ser comparar y perder.
Para ir a ver este Ben Hur de 2016, acostumbrado ya a la falta de ideas que nos invade desde la meca del cine, me propuse hacerlo con la mente muy abierta, sabiendo que sería una revisión y actualización a nuestros días de un clásico inigualable ni por el forro.
Así que compré mi entrada y me propuse no hacer ni una sola comparación mientras la veía.
No lo conseguí.
Está claro que encontrar un actor que con su sola presencia llenase la pantalla como Charlton Heston hacía sin tan siquiera pronunciar una sola palabra, era algo de lo que me tenía que olvidar, también sabía que me tenía que olvidar de la banda sonora, de la historia en sí y al final me di cuenta de que no me había olvidado de nada y que hacía comparaciones constantes de cada plano hasta el punto final en que...es incomparable.
Si la película estaba al menos entreteniéndome, cosa que ya es bastante y con eso me conformo, con no haber tirado el dinero, con ese final, que me estoy resistiendo a revelar, me dieron un par de hostias y por si ello no hubiera sido suficiente, la canción del final se cargó lo poco que quedaba.
"En la arena no hay leyes..."
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