Actores: Tony Leblanc, Manolo Gómez Bur, Mauricio Garcés, Jesús Puente, Antonio Ferrandis, Puri Villa, Rosanna Yanni, María Luisa Ponte, Agustín González
Género. Comedia
Duración: 97 min
Año: 1970
País: España
ARGUMENTO
Dos amigos, ricos a más no poder, caen en manos de un estafador que se dedica a vivir del dinero de incautos como ellos.
El estafador logra convencerlos de que la peseta se va a desplomar y que sus millones no valdrán nada, con lo cual, deben llevarse la pasta a Suiza...
CRÍTICA
Partiremos de la base de que siento debilidad por este tipo de comedias españolas, tal vez, porque de niño siempre las veía por la tele y guardo de ellas un recuerdo un tanto especial.
La película nos muestra algo muy propio de la España de todos los tiempos: el pícaro, que en esta ocasión es un tío trajeado y de apariencia intachable, pero que es tan golfo y sinvergüenza como todo ladrón que se precie.
En sus redes caen un par de tipejos que si fueran una pizca más tontos, tendrían que encerrarlos, pero que son millonarios y les gusta alardear de ello.
La película es a la medida de las comedias hechas para lucimiento de Leblanc y Gómez Bur, que despliegan sus muecas y buen hacer a lo largo de todo el metraje.
Poco puedo contar, ya que es una comedia al uso, salvo que siempre me ha resultado divertida, una película de timadores con gracia y unos timados que merecen serlo.
Siempre me pregunté cómo era posible que dos indivíduos fuesen ricos con semejante grado de idiotez en el cuerpo, pero dejando la realidad a un lado y metiéndose uno de lleno en la película, resulta que es bastante entretenida, con escenas como la del aeropuerto o cuando aparece Agustín González, que es el mejor de todos los secundarios habidos y por haber, en opinión de este humilde cinéfago que os habla.
Entretenida sin pretensiones, sin demasiados altibajos, manteniendo constante la línea de interés.
LA ÚLTIMA CLAQUETA
El dinero... nada hay más sucio. Todo el mundo lo toca, lo manosea, pasa por mil y un lugares, corrompe y es el dios absoluto de nuestros tiempos.
Da igual que sepamos que es algo sucio, todos queremos tener más. Y si uno lo piensa... sólo es papel.
Un papel dotado de poderes absolutos, un papel ante el cual el mundo y su conciencia se doblega y esclaviza.
Todo lo puede comprar el dinero, todo lo mundano, me refiero, porque hay cosas que el dinero no puede comprar y una de ellas es algo que vale mucho más que el propio dinero: tiempo.
El tiempo es mucho más valioso. Todo el mundo nace con tiempo, unos más y otros menos, pero todos lo tenemos. Cómo lo invertimos y en qué lo gastamos, es otra historia...
"...para que los suízos sigan viviendo como suízos"
No hay comentarios:
Publicar un comentario