Actores: José Luís López Vázquez, Julia Gutiérrez Caba, Juanjo Menéndez, José Sazatornil, Rafaela Aparicio, José Sacristán, Emilio Laguna, Guillermo Marín, Aurora Redondo, Rafael López Somosa, Pedro Porcel
Género: Comedia dramática
Duración: 83 min
Año: 1967
País: España
ARGUMENTO
Pepe, un operario del servicio de limpieza, malvive junto a su ,mujer y dos hijos en una casa alquilada de un barrio marginal. Al deber varios meses de alquiler, su casero ha procedido a denunciarlo para que lo desaucien.
Pepe y su familia se va a ver en unos días en la calle por no poder pagar una renta.
Una noche, mientras riega las calles de Madrid, encuentra una cartera en un cubo de la basura que contiene un millón de pesetas.
A partir de este momento, Pepe se debate entre lo que necesita hacer con ese dinero y lo que debe hacer con él, ya que si se lo queda, solucionaría sus problemas para siempre, pero su conciencia de no quedarse con lo que no es suyo, le impide gastarlo. Junto al dinero, hay varias tarjetas que no dejan lugar a dudas de a quién pertenece dicho maletín, con lo cual queda claro desde el principio que si quieren devolverlo, pueden hacerlo.
CRÍTICA
He desempolvado para esta crítica, de nuevo mis cintas de VHS, con lo cual, he visionado, una vez más, de las docenas de veces que la he visto, esta película.
No me resulta fácil acometerla, pues conozco cada frase, cada plano, cada acorde de su BSO, con lo cual, los datos se aborbotonan en mi mente todos a la vez, pugnando por salir violentamente.
Intentaré hacer un resumen.
Los primeros planos de la película nos muestran de entrada la época del año en la que nos encontramos: Navidad.
Conforme avanza la cámara, sin letras de créditos ni música, solo escuchamos el ladrido de los perros callejeros en el amanecer de un día de invierno, en un barrio del extrarradio, de farolas mortecinas que alumbran un amanecer tan decadente como el blanco y negro en la que la película está rodada, apenas bañan con su exígua luz la puerta de la casa de nuestros protagonistas.
Pepe, (Vazquez), un nombre común, para un hombre común, que podría ser cualquiera de nosotros, se dispone a desayunar antes de ir al trabajo mientras Consuelo, su mujer, prepara sus labores de ama de casa.
"¿Sardinas otra vez?" dice el barrendero, aquejado por un rehuma crónico que no ha cedido tras acabar la caja de supositorios, "Y gracias... y desde mañana pan sólo...ya no nos fía nadie", responde apesadumbrada Consuelo...
En un par de días acudimos al desarrollo de los acontecimientos de un milagro que sólo puede darse en navidad: que alguien tire una cartera llena de billetes a la basura y la recoja el tío más desgraciado de todo el servicio de limpieza de Madrid.
Esta película que bebe diréctamente del neorealismo italiano, me resulta imprescindible en una supuesta lista que elaboraría con mis diez o veinte mejores películas del cine español, porque por más que la he mirado y remirado, a lo largo de los años, primero como simple divertimento, más tarde, con ojos analíticos, si es que ello fuera posible y dentro de las limitaciones que pueda tener este cinéfago que os habla, no le encuentro defectos.
Empecemos por los actores y no precisamente por José Luís López Vázquez, sino por los secundarios.
Pedazo de plantel de secundarios, señores. El mejor de todos ellos es JuanJo Menéndez, que interpreta a un compañero y amigo de Pepe, simpático, inteligente, buenazo, sarcástico y "enterao" como él sólo. Cada vez que abre la boca es para soltar una burrada contra todo el que pueda.
José Sazatornil, en su papel de "lameculos" del ricachón Don Leonardo, un tío, este Don Leonardo, que da más importancia a una llamada de un club de golf que a un millón de pesetas que había perdido, está insuperable. Saza aparece poco, pero cuando lo hace, es tan asquerosamente distante con los problemas de los protagonistas, falso y puñetero que en papeles como estos es donde realmente puedes ver la talla tan enorme de Sazatornil como actor.
Guillermo Marín me encanta, apenas sale como Don Leonardo Borja Salcedo, pero vaya tela. Interpretaba a la perfección los papeles de ricachón, tipo marqués o así. Recuerdo otra película titulada Don Erre que Erre de Paco Martínez Soria en la que interpreta a un ricachón y yo es que me parto de risa con él.
Rafaela Aparicio en su papel de chacha sempiterno y entrañable hace una fugaz aparición en la que también te roba una carcajada
José Sacristán...jovencísimo...si es que nombraría a todos y cada uno porque lo hacen de diez...
De López Váquez no puedo decir nada, no por que por mucho bueno que opinase,me quedaría corto, a parte de que para mí, es uno de los actores más grandes que ha dado este país y si me apuran, diría que el mejor.
Julia es otra que borda el papel de buena persona, honrada y paciente con la insistencia de no devolver el millón por parte de todos.
Pero pasemos a otros aspectos.
Fotografía, por ejemplo... a mi juício buenísima, con esas sombras y luces mortecinas, como la vida de nuestros protagonistas, que languidecen frente a otro día más de su vida, un día igual que el anterior, entre miseria y penalidades, entre lejanos ladridos de perros callejeros que rajan la madrugada fría de las navidades de antes, donde un grupo de pavos desgraciados corren hacia su cruel destino, sin saberlo, por calles sin asfaltar del extraradio de un Madrid casi postapocalítico, si se me permite la comparación., bañado todo de una especie de feísmo semiencubierto, con el que denunciar situaciones que eran, siguen siendolo muy a pesar del paso de los años, bochornosas para una sociedad desarrollada o en fase de desarrollo: que una familia se quede en la calle.
Los contrastes de la situación de los personajes es tremenda y buscada a conciencia. Por un lado, los pobres y los personajes que representan a la clase media, son cercanos, honrados, buenos amigos, buenos compañeros, amables, pacientes y buenos vecinos... por otro los ricos, que en imitación del claroscuro del blanco y negro en que está rodada, son distantes, desconfiados, ignorantes de la realidad social, repugnantes y soberbios.
Hay tres personajes que siendo de escala social más baja que media, se dedican a tratar con desprecio al protagonista por el simple hecho de ser un don nadie, como Martin Sheen dijera en Wall Street, midiendo a los hombres por el tamaño de su cartera, que es lo que hacen todos, pero si cabe, los que peor tratan a Pepe son los de su misma escala social: la chacha interpretada por Rafaela Aparicio, que no lo deja ni hablar y da por sentado nada más abrir la puerta de que lo que quiere es una limosna, el portero que le atiende con desprecio cuando pregunta por el cubo de la basura, el camarero interpretado por Emilio Laguna que no le pierde ojo mientras Pepe come, el casero...
Escenas memorables son la comida de Pepe en el bar, con un Emilio Laguna que no le quita ojo porque no se fía de él. Soberbia es la escena en la que se presentan los padres de Consuelo en su casa, para repartir el millón. La primera escena de la comisaría, con el comisario Aguirre que tiene pinta de buenazo y campechano al cual, su mujer no hace más que llamarlo por teléfono. Y el final... con los barrenderos en casa de Pepe, para afrontar juntos la llegada de "los del juzgao".
ÚLTIMA CLAQUETA
Viendo esta película te das cuenta de que no hemos avanzado nada desde 1967... las personas siguen siendo expulsadas de su casa, de su vivienda, cuando no atienden los pagos al banco por una hipoteca, antes era el alquiler.
No importa si tienes hijos o personas mayores a tu cargo, "si no pagamos... a la calle" en palabras de Consuelo, la protagonista, pero es que aún es así. Desahucios...
Cuando una persona pierde su trabajo, cuando apenas puede satisfacer su necesidad más básica que el cuerpo humano requiere que es el alimento, cuando no te queda nada, encima pierdes tu vivienda. Una vivienda que se supone reconocida en la Constitución de 1978 como un derecho fundamental por el cual velarán todos los poderes públicos, una vivienda con la que se ha especulado, llenándose los bolsillos unos a costa de los de siempre, vendiéndonos créditos con esteroides para que te compraras la vivienda, el coche, los muebles y ya puestos un apartamento en la playa.
Cuando la realidad estalló en las narices de todos, los bancos ejecutaron la parte de la hipoteca que te lees rápidamente porque si te paras en serio no firmas.
No hipotecas unas paredes, hipotecas tu vida, tu bienestar y el de los tuyos.
He visto muy de cerca lo que supone un desahucio. No era navidad... no hubo ningún milagro... no hubo ningún millón en la basura...
"¿Los milagros?... Los milagros no son más que para los privilegiados...¿Eres un privilegiado?"
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