Actores: Munro Chambers, Laurence Levoeuf, Michael Ironside, Edwin Wright
Género: Postapocalíptica/gore
Año: 2015
Duración: 108 min
País : Canadá
Argumento
En un futuro postapocalíptico situado en 1997, el agua es un bien tan limitado que el mundo entero muere de sed. No hay vehículos a motor, sólo caos, muerte, destrucción, radiación...
Esta es la historia de un muchacho que se oculta en su pequeño bunquer y sale fuera a buscar entre la basura objetos de un tiempo pasado que guarda en su refugio como si fueran tesoros. Su vida transcurre entre desperdicios y resto de una guerra nuclear, recuerdos de otras épocas y evitando el contacto con otros seres humanos, sólo lo justo,para intercambiar algo de lo que encuentra por agua o por tebeos de super héroes.
Un día, encuentra a una extraña chica que quiere ser su amiga de forma obsesiva y nuestro protagonista, acaba aceptándola (no le queda otra debido a la insistencia de la joven).
Pero la chica es raptada por el cacique del lugar y nuestro amigo, decide rescatarla. Ahora posee un arma que ha encontrado y que hará que la historia cambie. Aún puede ser un super héroe...
Crítica
¡¡¡Bienvenidos a los 80!!!
¡¡¡Como me lo he pasado de bien viendo esta peli!!!
Ha sido como darle al play del VHS y retroceder atrás en el tiempo hasta aquella, cada día que pasa, más lejana época de mi adolescencia. ¿Por dónde empiezo? Porque he estado todo el tiempo del metraje sonriendo y diciendo...¡¡¡YEAH!!! a cada instante. Y es que Turbo Kid es un homenaje cariñoso, respetuoso, directo y entrañable a todos aquellos que tuvimos la gran suerte de vivir una época irrepetible en muchos aspectos por los cambios que acarreó y la ingenuidad con la que nos enfrentábamos a ellos.
Pero vamos con la película en cuestión, dejemos estos pequeños detalles para ese apartado que da nombre a nuestro pequeño rincón: la última claqueta.
Para empezar, os diré un nombe que a algunos no os sonará de nada, pero a los que sois de mi especie y la sangre que fluye por vuestras venas la impulsa un corazón nacido en los 70 y que ama la ciencia ficción ochentera, hará que su frialdad interpretativa os congele: Michael Ironside...
Ironside vuelve a ser el villano de una peli de acción, ciencia ficción, violenta a reventar y sin complejos, hiperbólica como sólo en los 80 y principios de los 90 eran aquellas cintas de videoclub. No es que su papel sea de oscar ni mucho menos, ni su interpretación, pero...¿a quién le importa?¡ Es Michael Ironside en el género y papel que siempre bordó y nos regaló!.
Rodada con sumo cariño hacia aquellas producciones, Turbo Kid es un continuo paseo por nuestra memoria filmica en la que nos importaba un huevo el argumento o la sofisticación de los efectos especiales, lo único que queríamos ver era leñazos a punta pala y de paso litros de hemoglobina.
Frases lapidarias, tipos duros, la clásica escena de intercambio de productos en el último reducto de civilización al que siempre acude un solitario protagonista, tan propio de toda peli postapocalíptica que se precie.
No han desperdiciado momentos en mostrarnos explosiones de cuerpos y tripas a destajo, al estilo ochentero a rítmo de pedaleo en bici, único medio de transporte del que disfrutan los protagonistas de la película.
Si habeis visto...vivido, mejor dicho aquellas pelis que os dejaron abierta vuestra, por aquel entonces, boca de niño, os encantará ir descubriendo guiños y referencias contínuas a aquellas viejas producciones. Os diré una, sólo una: uno de los malos que persigue en bici al muchacho, lleva puesto un sombrero que recuerda mucho al que llevaba uno de los tres brujos que perseguían a Kurt Russell en "Golpe en la Pequeña China", de Carpenter...
Como toda buena película de ultrabajo presupuesto que se precie, los efectos son cutres, pero es que los de aquellos años lo eran, y a pesar de ello, como es pura adrenalina, te hace sonreír, con nostalgia y buen rollo.
Su banda sonora es soberbia, indispensable y en algunos momentos, única protagonista que tapa o, mejor dicho, seamos totalmente parciales, arropa las carencias que la película tiene. Carencias que por otro lado, acaban por importarnos un rábano, el que tire de ella, sabe lo que va a ver ya desde su carátula, es más, espera ver algo así: violencia hiperbólica, sangre a granel, fallos de guión, sintetizadores y una historia de amor imposible, ingenua y condenada desde el principio.
Para nostálgicos que añoran aquel tiempo más feliz de cine cutre, sin complejos, cuya única pretensión era entretener y no tocarte las pelotas, como hacen hoy, con muchas superproducciones que te prometen el no va más y son un regalo vacío que sólo estaba envuelto en un bonito papel y un lazo...
La última claqueta
Hoy os dedico este apartado a los que como yo, el 4 marca vuestra década actual.
Pienso que los ochenta estan de moda por una sóla razón, por la nostalgia de los que la vivimos siendo niños o adolescentes. recordamos aquellos años con una sonrisa en la cara porque eran tiempos en que no sabíamos de hipotecas, letras del coche, en definitiva, no sabíamos de responsabilidad, la responsabilidad que supone la vida adulta. Por eso, cuando volvemos la vista atrás, nos invade la nostalgia, los ojos se abren de par en par y nuestros oídos rememoran aquellos ritmos de viejas canciones que aún resuenan por los recovecos de nuestra memoria. Nosotros mantenemos los 80 vivos porque los vivimos despreocupados, nuestro objetivo era divertirnos, pasarlo bien con los colegas, ir detrás de la chica más guapa de la clase, aunque no supiera ni que existíamos, en definitiva, vivir...
Por eso, cuando ves cualquier artefacto que te recuerda aquellos años, como por ejemplo un walkman, un VHS, el modelo de coche que teníais en casa, casi puedes oler aquella época, seguramente endiosada, pero...¿qué más da?
En aquel entonces, las cosas costaban su esfuerzo, algo que hoy se ha perdido por completo. Ir al cine era un acontecimiento casi digno de realizar una fiesta, porque con la paga era a lo que podías aspirar y si querías un disco, había que elegir, con lo cual, valorábamos más las cosas, pasarse las cintas con los colegas y grabarse los cassettes con la esperanza de que no se cortara ninguna canción al final, que eso no era piratear, no señor, que eso no era como hoy, que descargas compulsivamente y acumulas en formatos que ni se ven ni se tocan pero que masivamente acumulan y ya llegas a un punto que ni sabes lo que tienes ni lo valoras.
En los 80, el cine se alquilaba, sí... sí... parece de locos ¿verdad? pero pagábamos por una cinta de VHS o Beta,según los casos, y era tuya durante 24 horas, con la rabia de devolverla de nuevo a su videoclub, sabiendo que si querías verla de nuevo, habría que pagar otra vez, no podías copiarla, ¿de dónde ibas a sacar otro vídeo?¿con el de algún colega?¿y eso cómo se hace?¿dónde buscamos cómo poder grabar una cinta de vídeo a vídeo si internet no existe?
La ingenuidad de aquellos años impregnó cada rincón de nuestra vida, el cine entre ellos, las pelis de este tipo que hoy nos ocupa, sólo se hacían para entretener, llenas de errores que a nadie le importaban, no eramos tan sibaritas, no importaba no entender de cine cuando comentabas con los colegas una peli, porque la conversación era del tipo...
- Oye, tío, ¿has visto la peli tal ?
- Sí, joder, que guapa...
Hoy hablar de cine, se ha convertido en algo que o sabes o los que piensan que entienden, porque te dan mil datos de un film y lo relacionan con otros, te miran de arriba abajo con esa típica sonrisita de "pobre diablo, no sabe una mierda".
No...de cine no hace falta saber, sólo hay que disfrutarlo. Yo sólo sé decir que algo me gusta o que no, aunque sea como esta peli, de bajo presupuesto, con fallos mil, pero es que a mí me ha encantado ¿y qué?
¿Y los carteles de las pelis?
Joder...¿Os acordais? Algunos más falsos que un euro de madera, en los 80, un duro de madera. Con escenas que no aparecían por ningún lado de la película, más dibujados que otra cosa, pequeñas piezas de arte, hoy objeto de colección.
Algunos eran impresionantes, como el de Noche de miedo (1986), me encantaba verlo en el cine de mi barrio cuando la estrenaron, y tantos y tantos otros.
No quiero acabar este apartado sin hacer una pequeña mención a Michael Ironside, secundario de lujo, malvado de los ochenta y noventa frío e impenetrable cuyo carisma llenaba la pantalla a veces más que el protagonista, Desafío total no sería lo mismo sin él, Starship Troopers no sería lo mismo sin ese teniente manco de frases tan contundentes como la que les lanza a los nuevos al llegar a la unidad, o, para los que lo conocimos por primera vez en televisión, interpretando a Ham Tyler en la serie V.
Para terminar, si no estais dispuestos a perdonar fallos, si no soportais el sintetizador, si la violencia exagerada os da repulsión, si os gusta que al salir los créditos todo quede cerrado y no tengais la típica pregunta de ¿antes sí pudo y al final no se puede volver a hacer lo mismo? (si la veis, sabreis por qué digo esto), esta no es vuestra película.
Los 80 siguen vivos en cada uno de nosotros, sólo los que vivieron aquella época, saben realmente a qué me refiero.
Ochenteros... disfrutadla...llamada a ser peli de culto, no creo que me equivoque. El tiempo me dará la razón o me la quitará para siempre...
"¿Tienes ganas de bailar? Pues te he preparado una fiesta"
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