Actores: Arnold Schwarzenegger, Abigail Breslin, Joely Richardson, Aiden Flowers
Duración: 95 min
Género: Drama/Apocalíptica
Año:2015
País : EEUU
Argumento
Un granjero busca a su hija desesperadamente en un mundo que se viene abajo víctima de una pandemia. Logra dar con ella, pero ha sido mordida por un zombie, por lo tanto, en un espacio de tiempo indeterminado pero corto, la niña se convertirá pasará a formar parte de los no muertos.
Su padre la acompañará hasta el último momento, solos, en su granja, en un mundo que se desmorona...
Crítica
La película, pese a contar con una estrella del cine como Arnold Schwarzenegger, es de bajo presupuesto.
Aclarado esto, hay que destacar que lo que en realidad se cuenta, con un trasfondo apocalítico, un mal tipo zombie, es una historia de cómo afronta una familia el hecho de que la medicina desahucie a uno de sus miembros, encima, uno joven.
La estética es oscura, con un aspecto muy similar al que presentaba La carretera (2009), con planos realmente bellos y a la vez lúgubres, tristes, mortecinos.
Todo va muriendo lentamente, como el cuerpo de la niña, se pudre en vida: los campos, las ciudades, las granjas, el mundo...
Los efectos especiales son más que justos, limitándose a un maquillaje más que correcto y poco más.
Si alguien piensa que va a ver a Arnold reventando zombies a todo hierro, que se vaya olvidando. Arnie realiza un papel muy humano, alejado por completo de ese héroe de acción que fue, indiscutible, en los 80 y 90.
No hay tiros, no hay explosiones, no hay frases lapidarias y en definitiva no hay nada de lo que es común en una peli de Schwarcenegger y por supuesto, no dice "volveré".
A pesar de no ser una película al estilo de las de mi héroe del celuloide, tengo que decir que me ha encantado. Vale que no soy imparcial, si es de Arnie, lo que haga me da lo mismo, con verlo ya a estas alturas en pantalla grande, me conformo, pero es que ha hecho un papel muy bien interpretado, acostumbrados a lo que nos tiene acostumbrados, y podemos ver en ella un Schwarzenegger más normal, más humano.
Naturalmente tiene fallos y uno que es imperdonable es precisamente lo que pretende ser su fuerte, convirtiéndose en su peor lastre: lentitud de desarrollo extrema.
La hora y media mal contada que dura, se hace lenta, ojo, no pesada, lenta.
Tratan de ser exahustivos en el proceso de deterioro físico y mental de la niña y de cómo la familia se deshilacha totalmente, hasta quedar solos su padre y ella, sin sorpresas ni sobresaltos de ningún tipo, sabes lo que va a pasar de principio a fin, pero como lo que interesa no es lo que pasa sino el camino que los personajes recorren, pues aunque es evidente cómo va a acabar, no es algo que preocupe demasiado.
Todo es desolación, melancolía, tristeza, pastosidad y a ello ayuda la estupenda banda sonora que posee, melancólica, triste, que no te deja un instante para la luz...
En definitiva, muy recomendable, pese a sus carencias de ritmo, como algo que sin ser nuevo, es una peli de enfermedades, no te deja indiferente.
Un Arnold renovado en estilo, alejado de la acción totalmente, nos regala a sus seguidores una parte jamás vista en su registro.
Quitad infección zombie y poned sida o cualquier otra terrible enfermedad terminal y el resultado será el mismo. Esa es su trampa y a la vez su fuerza.
Última claqueta
Cuando desahucian a un miembro importante de tu familia en un hospital se suele pasar por varias fasaes que van desde la incredulidad más absoluta hasta la aceptación, pasando por la desesperación, ira o lo que sea.
Cada uno encara el final de sus seres queridos a su manera, como sabe, o como puede, pero una nota común a todo el mundo es que no quieres ver sufrir a esa persona, víctima de un mal incurable que lo consume ante tus ojos.
No puedes hacer nada, salvo continuar a su lado, fingiendo, en ocasiones, una alegría que no existe, o quitándole importancia a las cosas, hasta que hay momentos en los que incluso te puedes olvidar de que sus días se están acabando, de nuevo la incredulidad...
El ser humano no concibe realmente el fin de su existencia, es algo que no va con él, el muerto siempre es otro, por muy cercano que éste sea.
Pero la muerte... ¿realmente afecta al que muere o afecta más a los que se quedan y notan su ausencia?
¿La falta de vida es no ser, no sentir, no sufrir, ni bueno ni malo, ni frío ni calor, la nada más absoluta o realmente es no volver a ver jamás a esa persona, no hablar con ella nunca más, su ausencia total, su vacio?
¿La muerte es para el que se va o para el que se queda?
Personalmente, pienso que la muerte es para el que se queda, que recuerda a ese ser querido, que sufre su ausencia, que añora su voz, imágen, consejos, presencia y aquí cada uno que ponga lo que quiera.
El muerto no siente nada, es nada y en la nada, no se sufren ausencias ni nostalgias...
"Papá... me has protegido durante toda mi vida, ahora me toca a mí protegerte"
No hay comentarios:
Publicar un comentario