Director: Lars von Trier
Actores: Kirsten Dunst, Charlotte Gainsbourg, Kiefer Sutherland, Charlotte Rampling
Género: Drama/Apocalíptica
Año: 2011
Duración: 136 min
País : Dinamarca
Argumento
Esta es la historia de la celebración de una boda
de una familia de la alta sociedad.
Los invitados pasan la noche de la celebración
mientras un enorme planeta llamado Melancolía, se dirige hacia la Tierra...
Crítica
He visto mucho cine apocalíptico...
Pero nada es comparable con la sensación de
impotencia y abandono que me produjo "Melancolía".
El tema del fin del mundo tratado de una manera
tan poética que te abruma, te deja noqueado en un final, que es aterradoramente
hermoso.
La película se divide en dos partes. La primera
de ellas, tras una intro espectacular, mecida por el Tristán e Isolda, de
Wagner, en la que se acontece precisamente el final, destruyendo desde el comienzo
toda esperanza y mostrando la desvencijada vía por la cual nuestro tren se
precipitará hacia el abismo, sin freno, acariciado por una quietud propia del
pausado movimiento de los astros en su juego de, en este caso, comienzo, billar
cósmico, nos presenta mediante una cámara que se mueve en demasía, la boda de
una chica en un caserón de ricos. La muchacha, con un síndrome bipolar muy
acusado, sobrevive como puede a los momentos calcados de la que puede ser la
celebración de cualquier boda.
Todo es pastosamente convencional, lento,
demasiado lento, pero tranquilos, la lentitud forma parte del juego, como el
movimiento de un planeta lejano visto a través del telescopio, flotando, en la
negrura de la noche inmensa, que atraviesa el campo de visión del aparato
pausadamente pero imparable. así es esta primera parte, piensas que no está
pasando nada, pero está pasando, Melancolía se acerca y nadie se percata de que
es el fin de todo.
La segunda parte, encarrila mejor el tema central
que es la llegada del planeta, lo hermoso de su visión en el cielo, azules
ambos, y que oculta bajo tanta belleza, la destrucción.
La fotografía es maravillosa, la iluminación
perfecta y posee escenas que te desbaratan, como por ejemplo, aquella en la que
la protagonista se ofrece en desnudez al planeta, escena en la que el color
blanco resalta aún más su cabello rubio y el frío de la noche empatiza con el
azul, color frío por excelencia, de sus ojos.
El final... es abandono, desesperanza,
decaimiento, pastosidad, pesadilla, estruendo de un mundo que fagocita a
otro y a toda su vida, todo ello en mitad de un cosmos tan enorme que nadie se
percata de que algo así está ocurriendo, porque no hay nadie para percatarse,
cosa que también nos dejan claro en la película, estamos solos, mostrándonos lo
insignificante que puede ser nuestro mundo y nuestra propia existencia si la
comparamos con la majestuosidad e inmensidad del universo entero...
Para estar rodada con el limitado presupuesto con
el que se contó, y dejándose llevar a sabiendas de que el final no será para
"comer perdices", merece la pena su visionado, eso sí, abstenerse
espectadores palomiteros y de multicines, aquí se viene a sacar mil y una
conclusiones, no hay espectacularidad, sino belleza, una belleza en un fin
imparable y cuando la película termina, sólo te invade una sensación:
melancolía...
Última claqueta
Aprovechando, imagino, que el mundo se iba
a acabar, una vez más, en el 2012, con aquella paranoia que algunos sufrieron
durante aquel año, no sin justificación, debido al bombardeo continuo durante
gran parte de ese 2012, se nos presentó un año antes esta película que toma uno
de los supuestos causantes del que sería el fin del mundo: el paso del planeta
Nibiru, al que aquí rebautizan como Melancolía.
A poco que uno investigue por la red, podrá leer
cosas como que dicho planeta se acerca y que no lo vemos porque se oculta
detrás del Sol, que pasará tan cerca de la Tierra que su tirón gravitatoria la
desestabilizará y dará lugar a una serie de catástrofes que bla, bla, bla...
Hablemos un poco de Nibiru.
Para algunos, es un planeta que cruzaría las
órbitas del resto, proveniente más allá de Neptuno, para los babilonios, Nibiru
significaba "lugar de tránsito".
Supuestamente, su paso crearía un caos total... y
yo me pregunto...¿acaso sería la primera vez que pasa? Porque una cosa está
clara, el sistema solar tiene unos cuantos miles de millones de años, digo yo,
que por muy excéntrica que sea la órbita de este supuesto planeta, ya le habría
dado tiempo a pasar por estos lares aunque sea una sola vez, por tanto, el billar
cósmico ya se tenía que haber producido.
Pasó 2012, pero Nibiru, el mal llamado planeta X
o lo que sea, no pasó. el mundo no se acabó en 2012 y llegué a una conclusión
muy simple sobre los "apocalipsis" que ya he vivido. Recuerdo que
cuando era niño, una mañana, en clase, una niña me dijo muy risueña, con la
seguridad que sólo un niño es capaz de hacer gala: "esta tarde ya se acaba
el mundo". Me tiré preocupado todo el recreo, todo el medio día, llegó la
tarde, no sabía la hora, pero aquella niña lo dijo claro, por la tarde,... la
tarde es larga, tocó volver a clase, si el mundo se iba acabar aquella misma
tarde, lo haría torturándonos con otra clase más de sociales... pasó la clase
de sociales, luego la de matemáticas, llegó la noche y amaneció de nuevo...No
se acabó el mundo aquella tarde, ni la siguiente, ni la de después...
Con el paso de los años, como decía, llegué a una
conclusión: el mundo se acaba para el que se muere. Como dijo Kevin Costner en
Waterworld: "la mujer que habéis enterrado ahí, ha encontrado el único
final que existe", nos puede servir como referencia a esos "finales
del mundo" con los que siempre nos asaltan, nos asustan y preocupan.
"Es un planeta que estaba oculto
detrás del Sol... va a pasar cerca de nosotros"