
Actores: Matt Damon, Jessica Chastain, Kate Mara, Michael Peña, Donald Glober
Duración: 142 min
Género: Ciencia Ficción
Año:2015
País :EEUU
Argumento
Durante una expedición a Marte, los tripulantes de una nave espacial se ven sorprendidos por una fuerte tormenta de arena que puede poner en peligro su regreso.
Mientras están recogiendo todo para salir del planeta, la fuerza de la tormenta hace que pierdan el contacto con uno de los tripulantes, dándolo por muerto. Cuando despierta, descubre que está herido y que el resto de la tripulación se ha marchado, quedando solo en el planeta, sin apenas comida, ni agua, pero con unas instalaciones que le daran cobijo y proporcionarán oxígeno, mientras intenta enviar un mensaje para que lo rescaten...
Crítica
Si tuviera que dar una calificación de cero a diez a esta película, debo decir que mi nota, totalmente personal, por supuesto, estaría entre un cinco y un seis, sin llegar nunca a ser seis.
No logró engancharme, maticemos eso.
Realmente el paseo por Marte es impresionante, cargado de detalles, de esos desiertos de suelo oxidado, de soledad, de dureza extrema para la vida humana, tan extrema que es imposible sin soporte vital, maravilloso y a los que nos enamora el espacio, la idea de visitar otros mundos, ver otros cielos o nuestro propio Sol desde otro cuerpo celeste, sin duda quedarán satisfechos.
Pero se acabó lo bueno, si nos saltamos la banda sonora que en ciertos momentos insufla paz, la paz de un desierto enorme, un mundo desierto, donde sólo el sonido del viento que levanta la fina arena marciana es tu acompañante.
Personajes planos... qué digo planos, con cero desarrollo, repetición de chistes más de una vez (referente al gusto musical de la manda más de la tripulación), los personajes no transmiten.
En ningún momento me sentí identificado, ni empatizado, ni nada que se le parezca a ninguno de ellos, ni siquiera al de Damon, que afronta su horrible y segura muerte en el planeta, dandonos explicaciones de todo lo que ha hecho, lo que está haciendo y lo que hará.
En un principio, tanto nivel de detalle, gusta, quieres saber todo y saborearlo, pero cuando se repite una y otra vez la fórmula, empiezas a aburrirte.
Por otro lado está el tema de que la acción del personaje principal, es constantemente torpedeada por la aparción de los cerebros que se encuentran en la Tierra, rompiendo la poca sensación de soledad que se produce, cosa a la que no ayuda precisamente, que el personaje de Damon esté constantemente haciedo chistes sobre su situación, que si lo volveis a pensar, es gravísima, y el tío es feliz haciendo cuentas, racionando comida, creando artilugios, como si el personaje se hubiera leído el guión de la película y supiera que por muchas calamidades que le ocurriesen, se va a salvar.
Repito, los chistes, mal. Si se plantea que un tío se queda sólo en un planeta sin posibilidad de sobrevivir más allá de unos cuantos "soles", no creo que nadie tenga ganas de guasa, ni de narrarle al mundo lo que va a hacer, pero debieron pensar que si uno ha de palmarla en Marte, lo mejor es hacerlo con una sonrisa.
Aquí, este Robinson no tiene ningún Viernes, ni pelota a la que hablarle, ni los necesita. Él solito se basta y se sobra para estar hablando durante todo el rato.
Me fue inevitable hacer comparaciones...me acordaba de Gravity, me acordaba de Moon, de Europa One...
Cómo es posible que con semejante argumento no me divirtiera como en las mencionadas.
Gravity me sobrecogió por esa sensación de soledad, de vacío espacial, de ver cómo algo tan bello como es el espacio, puede ser tan horrorosamente mortal.
Moon... soledad controlada, a la espera de que se termine, misterio, abandono.
Europa One... Pisar un planeta por vez primera, observar su cielo distinto, ver nuestro querido Sol desde allí.
Nada de esto me produjo esta película, salvo brevísimas pinceladas con los hermosos paisajes, como he dicho anterormente.
Llegados a este punto debo decir que, con todo, la recomiendo, pero no llegando con la exigencia con la que yo entré a la sala, sabiendo lo que hay, os divertireis más. Prometa más de lo que da, pero lo que da es suficiente si te gustaría dar un paseito de dos horas y pico por Marte, como digo, en ese apartado, impecable, impresionante, me quito el sombrero, sólo por eso, ya merece la pena...
La última claqueta
Me parece increíble que con un metraje tan excesivo, no se consiga desarrollar nada, con lo fácil que estaba, el tema del tío allí solo, con todo el planeta para él.
Como ya he dicho en varias ocasiones, la astronomía es una de mis pasiones.
La sensación de mirar a través de un telescopio y enfocarlo a la Luna, o a Saturno o Júpiter es impagable.
Siempre me produjo una sensación de paz tremenda, poder ver esas inmensas bolas de gas, en el caso de los planetas citados, tan diminutas en mi telescopio, tan distantes, flotando en un mar negro, y la soledad que se debería de sentir allá a lo lejos, a tal distancia no sólo ya de tu casa o tu familia, sino de toda la humanidad, de todo lo bueno y de todo lo malo que hay en este mundo. Y es cuando comprendes, que no eres nada a cómputo universal. Ni un grano de arena de una playa enorme, infinita.
El espacio es un lugar hermoso y terrible que fascina y asusta por igual.
Pensé viendo esta película que no hay planetas habitables por aquí cerca y que el único que tenemos, lo está destrozando nuestra avaricia y egoísmo, transformando esa bella bola azul en una escombrera, en un vertedero...
"Ante esta perspectiva tan poco esperanzadora sólo tengo una opción: recurrir a la ciencia para salir adelante"