miércoles, 14 de febrero de 2018

La parada del infierno



Director:Víctor Metallano
Actores:Tabata Cerezo, Nadia de Santiago, Pablo Scola, Enzo G. Castellari, Guillermo Montesinos, Marta Fenollar, Manuel Bandera, Antonio Mayans
Género:Oeste
Duración: 92  min
Año:2016
País: España

Argumento

En una región apartada, una parada de diligencias, aislada de todo y de todos, recibe la visita de unos forajidos que pretenden esperar a que llegue un carro cargado de oro. No tardarán en torturar y asesinar a los que allí se encuentran hasta que, desde la colina, se divisa la ansiada diligencia...

Crítica

He leído críticas demoledoras contra esta película, de tal manera, que cuando decidí verla, en el cine me la perdí, pues tan sólo estuvo en cartel una o dos semanas si acaso, me esperaba una bazofia total. Pero como siempre digo: las películas, para poder opinar, hay que verlas.
Bien...
En cómputo general, me ha resultado extraña por varios motivos.
Originalmente rodada en inglés, el doblaje malo hasta decir basta. la banda sonora es casi inexistente, el guión se enlentece a mediados de la película con monólogos cuya intención parecería ser la de únicamente consumir minutos, respuestas en dichos diálogos que pareciera que los propios personajes supieran lo que va a pasar incluso sin tener indicios de ello.
El hecho de que se desarrolle por completo en un solo escenario es quizá algo que juega en su contra, pues le hace perder ritmo e interés, ya que no sucede nada en gran parte del metraje y, para rodar algo en un escenario único, aunque sea tan maravilloso emplazamiento como Colmenar Viejo, con ese ulular del viento perpetuo que al principio da ambiente pero acaba molestando, hay que tener un guión muy sólido.
Los actores cumplen sobradamente a excepción del coronel, interpretado por Pablo Scola, sobre quien recae todo el peso de la película, de tal modo que crea un personaje despreciable, malvado y sanguinario como no me esperaba. Un malo de gran calibre que gracias a él, a su interpretación, magistral, a mi juicio, hace que todo lo expuesto hasta ahora pierda importancia.
El coronel es un asesino sin conciencia, violento y a la vez educado, que, aunque sea otro tópico más que nos lanzan en la película, no me importa. Su presencia llena la pantalla. Sus primeras frases como una sombra, a contraluz, antes de liquidar a su primera víctima, te dan una muestra de lo que te espera. Sólo quieres que salga él y que apriete el gatillo hasta agotar la munición.
Violencia salvaje rallando la que sería propia de una película de terror, un ambiente opresivo muy bien creado, aunque estemos en medio de la nada, sin escapatoria hacia ninguna parte pues a ningún sitio puedes correr, tan sólo queda esperar y enfrentarse al coronel a la más mínima oportunidad.
Respecto a la afirmación que realicé de que me ha resultado extraña, cabe decir que aunque a mediados de metraje casi se detiene la trama en no se sabe qué diálogos vacíos de contenido... contra todo, me ha gustado. ¿Por qué?
Tal vez sea por su homenaje a tantos y tantos filmes rodados en Almería, por la aparición de Enzo G. Castellari (Fuga del Bronx, Los nuevos bárbaros) haciendo de las suyas en una breve aparición, por su sana intención de entretener sin más y por su transparencia, olvidando, repito, la pretenciosidad de algunos monólogos, busca el espectáculo por el mero hecho del espectáculo. Cámara lenta por doquier, homenajeando, tal vez, a Castellari en sus antiguos films, y sangre a granel... mucha...muchísima...con escenas que imitan a cualquier pelicula tarantiniana pero sin ser esa violencia espectáculo de Tarantino, este tipo de violencia es más sucia, más descarnada...

Última claqueta

Reconozco que cuando me encuentro un producto como este, que pretende romper la línea monótona, pesada, manida, aburrida, clónica,... (¿sigo?) de las películas españolas en tono de comedieta llena de gritos, palabras malsonantes, o situaciones que pretenden ser graciosas a base de mal gusto, que parecieran regurgitadas por un váter, qué queréis que os diga... yo le abro las puertas, porque hay que tenerlos muy bien puestos para atreverse a hacer algo así, a sabiendas de la que te va a caer encima.
Para mí, tiene mucho mérito querer imitar ese cine violento de Tarantino, aunque no consigas el efecto, tiene mérito no moverse de un emplazamiento en todo el metraje y el ambiente de soledad...
Me fastidia la sensación de que podría haber sido un películón, los actores no desentonan, no son el problema, los efectos especiales tampoco... Es el guión, que parece que lo empiezan y terminan el mismo día con mucha ilusión, pero en medio meten relleno a punta pala.
Una película del oeste, española, de nuestros días, hiper violenta y salvaje, con un malo muy bien perfilado, un psicópata digno de hacer de las suyas en una especie de "Sé lo que hicisteis en la parada de diligencias y me las vais a pagar".
Recomendada para espectadores que amen el cine patrio con buenas intenciones y sin esperar nada.
Abstenerse sensibleros que crean que van a ver una peli del oeste al uso, porque salvo el paisaje, los buitres (leonados... sí... en el oeste...¿qué pasa?) y los tiros a hierro, el resto son los actos de un grupo de psicópatas, capitaneados por otro más psicópata, que estás deseando que suelte una parrafada antes de que liquide al siguiente...

"La guerra es muy mala, viejo... y vuelve loca a la gente"

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