Actores: Juan Diego, Antonio Dechent, Eduard Fernández, Ulises Dumont
Género: Triller
Año: 2002
Duración: 88 min
País :España
Duración: 88 min
País :España
Argumento
En unas oficinas, se prohibe fumar a sus empleados, quienes quieran hacerlo, deberán salir a la calle.
Un grupo de fumadores decide exigir sus derechos, pidiendo a la compañía que habilite una habitación como sala de fumadores para poder evitar así, salir a la calle a fumar cuando, por ejemplo, llegue el invierno.
uno de los fumadores, decide organizar a los de su humeante afición y se propone reunir firmas para elevarlas a modo de petición a la compañía para que habiliten dicha sala.
Todos los fumadores, mientras la idea se va gestando, se ofrecen a firmar, pero a la hora de la verdad, incluso los primeros que firmaron quieren ser borrados de esa lista...
Crítica
Un argumento sencillo, si se desarrolla como es debido, puede dar, como es en este caso, con una película intensa a niveles insospechados y con tantas lecturas entrelíneas como espectadores ávidos de sacarle partido decidan visionarla.
Por lo tanto, las bases sobre las que se alza Smoking Room son tan sólidas, que salvo algún que otro momento, perdonable, sin duda, que todo se mueve de manera vertiginosa, precipitando a todos los personajes a la realidad que todos conocemos, la del día a día, la de verdad.
Todo tienen aires de realidad, las interpretaciones son sencillamente fabulosas, cada personaje te va mostrando lo que es, lo que piensa, lo que siente, dándote la posibilidad de identificar a unos y a otros lo suficiente como para saber cómo piensan, para ver el mundo a través de sus ojos, su microcosmos laboral, rodeados de depredadores que visten traje y corbatas de borregos.
Se tiene la sensación constante de ser uno más de esas reuniones semiclandestinas por los pasillos con los compañeros, sólo que no te preguntan, te posicionas a un lado u a otro, pero sólo puedes mirar.
Intensa, magistral, soberbia, puro cine realista, de máxima calidad para auténticos amantes del cine de actores y guión, en la que se van tejiendo mentiras sobre mentiras, bulos sobre bulos, amenazas que no son amenazas, advertencias que suenan a amenazas y sobre todo miedo a perder el empleo.
No me canso de repetir lo bueno que es el guión...¿Cómo es posible que de una idea tan simple como una reclamación, para unos justa, para otros no tanto, pueda surgir un microcosmos tan perfectamente despiadado? Soberbio...
Última claqueta
Las empresas... esas selvas terribles donde el animal más voraz es de tu propia especie, incluso de tu misma manada...
No hace falta ser un docto en materia laboral, para comprender de un primer vistazo el tema central de la película: la pérdida de la zona de confort.
Laboralmente hablando, esa zona de confort es la alarma que sonará como loca en cuanto cualquier amenaza o supuesta amenaza cruce la línea... Entonces, donde dije digo, digo Diego y se dan rodeos y rodeos mientras la situación nos presiona.
Homo homini lupus (Plauto)...El hombre es un lobo para el hombre.
Observad la escena en la que el rebelde fumador, insiste a otro compañero que espera un ascenso, para que firme la hoja de petición de una sala de fumadores, un derecho que cualquier persona debe tener, pero que ese compañero, exfumador o en trámite de dejar de serlo, por miedo a que lo relacionen con una cuadrilla de exaltados, decide no firmar, y da vueltas y vueltas en lugar de ser claro con su compañero y decir lo que piensa.
El miedo a la pérdida del trabajo, en nuestros días es por un lado justificable, pero por otro, nos puede descubrir cuán lejos somos capaces de llegar o a quién traicionar con tal de salvarnos del cadalso del despido.
"Encuentras un esquema en el cual funcionas... y crees...confías en que el quema que te has creado sea justo..."
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