Director: Tom Six
Actores:
Dieter Laser, Eric Roberts, Robert Lasardo, Bree Olson
Género: Terror
Año:2015
Duración: 102 min
País : Holanda
Argumento
En una prisión, dirigida por un autentico loco, apoyado por un ayudante demente, ningún método de reinserción consigue su propósito.
Ante las amezas de despido, sus dos máximos dirigentes deciden llevar a cabo una idea que les ahorrará dinero y será un método disuasorio para todo aquel que pretenda estudiar la carrera de maleante...
Crítica
Cuando vi la primera parte de la saga, comentada en este blog, quitando su repulsivo argumento, he de reconocer que se trataba de una peli del tipo mad doctor en toda regla. Más aséptica y mucho menos sangrienta de lo que en principio me había figurado, pero muy digna y entretenida. Su tendencia hacia el color blanco aséptico hospitalario, hacía que casi pudieras percibir el olor a potingues médicos o a productos de una sala de cualquier dentista.
La segunda parte, la suciedad pasaba a su misma imágen, con ese blanco y negro sucio y repulsivo, granulado, que hacía todo mucho más opresivo.
Lo primero que me fijé, por tanto, al visionar esta tercera entrega, fue en el tono cálido, anaranjado en el que está bañada toda la película, de entrada, no me resultó desagradable, supongo que Six pretendió con él, hacer patente el sofocante calor del que se queja el alcaide, por llamarlo de alguna manera, de la prisión. Con esto, se pierde, a mi modo de ver, una parte fundamental que se usó en las dos piezas anteriores y es utilizar la propia imágen como vehículo de repulsión.
La película es una autoparodia de las dos anteriores, usando varios actores que trabajaron en ellas, de los que cabe destacar al doctor loco de la primera y al vigilante de la segunda.
Llega un punto en el que se ríe de la saga completa, aparece el propio director para confirmar determinadas "verdades médicas" y todo es un cúmulo de despropósitos, uno tras otro, tontería tras tontería que no sabes si lo que Six trata es de hacer reír, de dar asco o de reventar la película diréctamente.
Lamento decir que me aburrí viendo esta tercera entrega.
Ya demostró este director que no es necesario una alta dosis gore para que un buen cinéfago del fantástico y del terror disfrute de una película, sugiriendo más que mostrando y dejando que la mente del espectador haga todo el trabajo, se pueden conseguir unos resultados óptimos con un presupuesto más que ajustado.
Pues aquí, parece que lo que se buscaba era aburrir y escandalizar, y esto último con cuentagotas.
Se nota el tufo de la meca del celuloide y su afan por convertirlo todo es una pelicula con la que nadie se rasgue las vestiduras.
Las actuaciones...Si en la primera, por cierto la que más me gusta de las tres, Dieter Laser borda el papel y consiguió ponerme de los nervios, en esta tercera entrega, repite el hecho de ponerme de los nervios pero por causas muy diferentes y es que su personaje está tan sobreactuado a conciencia que llegó a cansarme, tomandome un respiro en las escasas escenas en las que no aparecía.
Una auténtica lástima, pues con lo que pudimos ver que ese hombre era capaz de hacer, a mi juício se ha perdido una ocasión estupenda de volver a obtener un personaje cínico y macabro como lo fue aquel doctor.
Errores tiene unos pocos, pero por citar alguno, ahí va este:
En una escena, a un preso lo torturan vertiendo agua hirviendo en su cara.
Si nos fijamos, hay escenas en las que se ve el humo del agua caliente y otras en las que no, y lo mejor...agarran el cubo que debe estar que pela, por la parte de abajo como si nada...
Y ahora, alguno dirá... "hombre, que has tirado ahí un spoiler como la copa de un pino"
Supongo que no tendrá mucha importancia, cuando el propio director, revienta la supuesta escena fuerte de la película con su propio cartel. Sí, amigos, sí... lo que veis en el cartel es todo lo que vais a ver del ciempies.
Sólo hubo en toda la película una escena que me impactó algo (tranquilos que no la voy a destripar) y es que tienen otra idea para los presos condenados a muerte, salvo esto, nada más.
En resumen, que todo el que haya visto pelis de terror del bueno, terror extremo o incluso las gore ochenteras, esta tercera entrega le va a resultar floja y fuera de lugar.
Aun así, abstenerse todo el que sea de estómago sensible por la propia idea del film, que continúa siendo la de siempre y es igual de asquerosa, repulsiva y enfermiza.
Última claqueta
Mientras pasaban los minutos, viendo esta película, me repetía una y otra vez por qué...por qué... por qué hay que destrozar algo que funciona para hacerlo más abierto al público general.
Cualquiera que lea el argumento, cualquier persona que no guste de este terror transgresor, fuerte, o extremo de los últimos tiempos, está claro que no la va a ver, pero es que los seguidores de la saga, al no obtener nada de lo que se le promete y se daba en las dos partes anteriores, tampoco se van a sentir satisfechos.
Quedarse en tierra de nadie hace que se pierdan seguidores de un lado y de otro, con lo cual,nadie está contento.
Mención a parte es la actuación de Six como actor, aguantándose la risa en casi todas las escenas en las que aparece.
Si intentaron dar miedo, no lo consiguen, si intentaron hacer autoparodia, se desinfla a base de repeticiones de lo mismo, si intentaron hacer gracia, no la tiene, si intentaron que apagase el reproductor...casi lo consiguen... aún me estoy preguntado cómo es que no lo hice...¡Ah! Ya... infeliz de mí...tuve esperanzas hasta el final...
Paso de molestarme en buscar una frase para acabar este artículo que no sean voces e histrionismo...